Más de 1.500 muertos por un devastador terremoto de 7,8 de magnitud en Turquía y Siria

Cerca de 1.800 personas murieron y más de 7.000 resultaron heridas como consecuencia de un sismo de magnitud 7,8 que sacudió esta madrugada el sureste de Turquía y el norte Siria, donde por el momento no se registraron heridos argentinos residentes en estos países, según los primeros informes oficiales.

La comunidad internacional envió sus condolencias por las víctimas, entre ellos el gobierno argentino que expresó su «solidaridad» a través del canciller Santiago Cafiero, en tanto el papa Francisco ofreció «sentidas oraciones» por los miles de muertos y heridos.

La Unión Europea y el presidente ruso Vladimir Putin manifestaron su disposición a mandar ayudar a la zona del desastre, mientras el primer mandatario estadounidense, Joe Biden, se mostró «profundamente entristecido» por el devastador terremoto.

De acuerdo al último balance provisional del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el terremoto dejó al menos 1.014 muertos y unos 5.385 heridos en su país y provocó el derrumbe de unos 2.818 edificios, por lo que no se descarta que el número de víctimas aumente, según consignó la agencia de noticias AFP.

El cónsul argentino en Estambul, Diego Álvarez Rivera, afirmó a Télam Radio que por el momento no se registró ningún residente argentino víctima del sismo en Turquía y que todos los contactados del listado del Consulado «manifestaron estar en perfecto estado».
En la vecina Siria, en tanto, el potente terremoto causó al menos 592 muertos y 1.500 heridos en la zonas sirias controladas por el gobierno, informó la agencia de noticias oficial SANA.

El ministerio de Salud sirio informó de 403 personas muertas y 1.284 heridos en las zonas bajo control del gobierno en este país en guerra, mientras que los Cascos Blancos, que operan en las partes en manos de los rebeldes y fueron quienes se movilizaron en esas zonas, indicaron que hubo al menos 380 muertos y más de 1.000 heridos en esos sectores.

Hubo derrumbes de viviendas en varias ciudades, entre ellas Alepo (norte), segunda urbe de Siria, además de Hama (centro) y en Lataquia y Tartus, en la costa mediterránea.

«Ciento cuarenta y siete murieron y más de 340 heridos según un balance provisorio en la provincia de Idlib y los alrededores de Alepo», en el norte del país, habían anunciado los Cascos Blancos en Twitter.

Los Cascos Blancos dijeron que la situación era «catastrófica» y llamaron a las organizaciones humanitarias internacionales a «intervenir rápidamente» para ayudar a la población local.

El temblor se sintió a las 4.17 (23.17 hora argentina) y se produjo a una profundidad de 17,9 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

El epicentro se situó en el distrito de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, a unos 60 km de la frontera siria.

El movimiento telúrico se sintió también en el Líbano y Chipre, según periodistas de AFP.

Las ondas del sismo «llegaron al sismógrafo de la isla danesa de Bornholm (en el mar Báltico) unos cinco minutos después del inicio del temblor» y unos ocho minutos después la onda «llegó a la costa este de Groenlandia, propagándose por todo el territorio», aseguró la sismóloga Tine Larsen.

«Registramos dos sismos y varias réplicas en Dinamarca y en Groenlandia», señaló la experta.

Es muy probable que el balance se agrave rápidamente, teniendo en cuenta el número de edificios derrumbados en las ciudades más afectadas, como Adana, Gaziantep, Sanliurfa y Diayarbakir, en el sureste de Turquía.

Debido a la hora en que ocurrió el sismo, de madrugada, la mayoría de la gente estaba durmiendo en sus casas.

«Mi hermana y sus tres hijos están bajo los escombros. También su marido, su suegro y su suegra. Siete miembros de nuestra familia están bajo los escombros», explicó a la AFP Muhittin Orakci, mientras presenciaba las operaciones de rescate delante de un edificio en ruinas en Diyarbakir.

«Su hermana sigue bajo los escombros», dijo una mujer señalando a otra víctima desconsolada en la misma localidad.

Por seguridad, se cortó el gas en toda la zona, por las réplicas y por temores a que se produjeran explosiones.

Este sismo es el más importante en Turquía desde el terremoto del 17 de agosto de 1999, que causó 17.000 muertos, un millar de ellos en Estambul.

Fuente: Télam